Durante las celebraciones del Pesaj, en el kotel, antiguamente llamado “El muro de los lamentos", no hubo personas, contrario a las millones de visitas que registraba antes de la pandemia por coronavirus. Este mes de abril no se escucharon los murmullos y suspiros de los rezos, ni las profundas reflexiones… solo los pájaros volaban en el centro de peregrinaje más importante para los judíos.
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